Eclipse solar 21 de septiembre de 2025: dónde se verá y cómo observarlo con seguridad

Un eclipse parcial que cruzará el hemisferio sur: visibilidad, horarios y cuidados

Astrología18 de septiembre de 2025 Julia Zurita
eclipse solar
Eclipse solar 21 de septiembre de 2025: dónde se verá y cómo observarlo con seguridad

El 21 de septiembre de 2025 ocurrirá un eclipse solar parcial —un “mordisco” de la Luna sobre el disco del Sol— que será observable principalmente desde el hemisferio sur: Nueva Zelanda, una estrecha franja de la costa este de Australia, varias islas del Pacífico y regiones de la Antártida. México y gran parte de América del Norte y del centro-norte del hemisferio norte no podrán verlo en el cielo local; quienes deseen seguirlo podrán hacerlo por transmisiones en línea. 

Dónde y por qué se ve (o no) en cada región

El eje geométrico del fenómeno sitúa la mayor cobertura sobre Oceanía meridional y la Antártida: en puntos del sur de Nueva Zelanda el Sol podrá quedar oculto hasta en cerca del 80–86% según la ubicación exacta, lo que provoca amaneceres con forma de creciente muy dramáticos. En Australia solo una franja limitada en la costa este tendrá visibilidad apreciable; numerosas islas del Pacífico también registrarán una parcialidad menor. En contraste, México quedará fuera de la franja de visibilidad; por tanto no experimentará oscurecimiento por este eclipse en el cielo local.

Horarios — datos de referencia (UTC y observaciones locales)

Los cálculos globales colocan el inicio del fenómeno alrededor de las 17:29 UTC, el máximo cerca de las 19:42–19:43 UTC y la conclusión alrededor de las 21:53 UTC (las cifras pueden variar segundos según el modelo y la ubicación exacta). En las ciudades donde será visible, estos instantes coincidirán con el amanecer o primeras horas de la mañana local en Nueva Zelanda y el Pacífico sur, razón por la cual muchos observadores verán el eclipse al salir el Sol.

¿Es “bueno” o “malo” tomar el sol durante un eclipse? 

Físicamente, no hay beneficio médico probado en exponerse al Sol durante un eclipse; la radiación solar —incluida la ultravioleta— sigue presente y puede ser dañina para piel y ojos si no se toman precauciones. Mirar directamente al Sol, incluso durante la fase parcial, puede causar lesiones retinianas irreversibles; la única excepción es el breve periodo de totalidad (que aquí no aplica, puesto que se trata de un eclipse parcial en las zonas de máxima visibilidad), cuando el disco solar queda completamente cubierto. Por ello, las instituciones científicas recomiendan el uso exclusivo de filtros homologados o métodos indirectos de observación.

En el ámbito cultural y energético, muchos pueblos —incluyendo tradiciones mesoamericanas y comunidades indígenas del hemisferio— han interpretado los eclipses como momentos de gran carga simbólica: advertencias, renacimientos o llamadas a la protección y la reverencia. Estas prácticas (ruidos, rituales, recogimiento) forman parte de una larga historia de significados que coexisten con la explicación astronómica moderna. Esa dimensión simbólica es real desde la antropología cultural y aporta matices humanos al fenómeno científico.

Recomendaciones prácticas para quien quiera ver el eclipse (o seguirlo en vivo)

  1. Si vas a observarlo en regiones donde sea visible: utiliza gafas certificadas para eclipses que cumplan la norma ISO 12312-2; verifica que no estén dañadas y cómpralas en proveedores acreditados. Evita gafas de sol comunes.
  2. Si no estás en la franja de visibilidad (por ejemplo en México): sigue la transmisión en vivo de fuentes confiables (observatorios, NASA, medios especializados) y no intentes mirar al Sol localmente; no habrá oscurecimiento apreciable aquí.
  3. Métodos indirectos (proyección con pinhole o proyectores improvisados) son seguros y recomendables para grupos escolares y público general cuando no hay filtros certificados disponibles. 

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El eclipse solar del 21 de septiembre de 2025 recordará que los cielos no conocen fronteras: mientras en México no será posible presenciarlo directamente, miles de personas en Oceanía y la Antártida vivirán el misterio de la penumbra diurna. La ciencia ofrece las claves para entenderlo y observarlo sin riesgos, mientras que las culturas mantienen viva la carga simbólica que acompaña a estos fenómenos. Al final, cada eclipse nos invita a mirar más allá de lo cotidiano y a reconocer nuestra pequeña, pero significativa, presencia bajo un universo en constante movimiento.

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