María Callas: secretos, amores y el vínculo con Onassis que marcó a la soprano más famosa del siglo XX

La figura de María Callas continúa despertando fascinación décadas después de su muerte. Considerada la soprano más influyente del siglo XX, su historia reúne disciplina extrema, ascensos fulminantes, presiones artísticas y una vida privada que permaneció durante años detrás del telón. Mientras su voz redefinía los estándares de la ópera, ella enfrentaba exigencias que minaron su estabilidad emocional y la condujeron a decisiones que transformaron su destino.

Su relación con Aristóteles Onassis —uno de los capítulos más intensos y debatidos de su vida— expuso al público la vulnerabilidad de una artista acostumbrada a la perfección. Aquella conexión, marcada por una mezcla de cercanía, poder y desencuentros, se convirtió en un punto de inflexión tanto en su carrera como en su trayectoria personal. Hoy, en el aniversario que recuerda su legado, la historia de María Callas invita a revisitar no solo la magnitud de su talento, sino también los episodios íntimos que revelan a la mujer detrás del mito.

Una infancia entre exigencias y renuncias

Nacida en Nueva York en 1923 como Maria Anna Cecilia Sofia Kalogeropoulos, creció en un ambiente familiar marcado por la tensión constante entre sus padres. Su madre, Evangelia, la presionó desde pequeña para cantar y desarrolló en ella un sentido del deber artístico que, aunque la proyectó al éxito, también la condujo a una búsqueda permanente de aprobación.

La llegada a Grecia durante su adolescencia, en plena Segunda Guerra Mundial, la obligó a enfrentar privaciones extremas. En esos años, su resistencia física y emocional sorprendió a sus maestros: caminaba largas distancias para llegar al conservatorio, practicaba incansablemente y estudiaba cada papel como si fuera un examen de vida o muerte. Aquella disciplina temprana sería una de sus marcas distintivas.

Primer matrimonio: Giovanni Battista Meneghini

En 1949 se casó con el industrial italiano Giovanni Battista Meneghini, un hombre 30 años mayor que ella, quien se convirtió en su representante, protector y administrador. Su apoyo permitió que Callas se dedicara de lleno a la construcción de su carrera internacional, especialmente en La Scala de Milán, donde consolidó su prestigio.

Aunque Meneghini fue una figura clave en su ascenso, la relación nunca estuvo exenta de tensiones. La soprano buscaba independencia artística; él, conservar el control sobre su carrera y vida personal. Con el tiempo, esa dinámica desgastó el matrimonio.

El encuentro que lo cambió todo: Aristóteles Onassis

En 1957, durante un viaje en el lujoso yate Christina O, María Callas conoció al magnate griego Aristóteles Onassis. A partir de entonces inició una relación apasionada, compleja y expuesta a la mirada pública. Onassis representaba el poder, el origen común griego y el refugio emocional que ella creía necesitar tras años de exigencias escénicas.

Uno de los aspectos menos conocidos es que Callas llegó a renunciar formalmente a la ciudadanía estadounidense para adquirir la griega con el fin de agilizar el divorcio de Meneghini. Aquella decisión, tomada bajo presión emocional, marcó una ruptura con parte de su historia personal.

¿Por qué Onassis no se casó con ella?

Aunque la relación fue intensa y ampliamente documentada, Onassis nunca formalizó un matrimonio con la soprano. Existen diversas versiones: compromisos comerciales, presiones sociales y una vida personal que solía manejar según sus propios intereses. Lo cierto es que, en 1968, el magnate contrajo matrimonio con Jacqueline Kennedy, una decisión que sumió a Callas en una profunda crisis sentimental.

A pesar de ello, mantuvieron encuentros esporádicos e incluso se ha documentado que, tras su divorcio de Jackie, Onassis buscó nuevamente su cercanía. Callas, sin embargo, ya no era la misma mujer: había atravesado pérdidas, escándalos, enfermedades y el desgaste de una vida marcada por los reflectores.

La artista, el mito y lo que el público no veía

Entre los episodios menos divulgados de su vida destaca que, en los años sesenta, Callas padeció severas complicaciones vocales, atribuidas a dietas extremas, agotamiento físico y estrés emocional. También enfrentó rumores sobre un embarazo que nunca llegó a término, un capítulo del que ella jamás habló públicamente.

A pesar de los desafíos, su legado continúa vigente: revolucionó la ópera con interpretaciones que priorizaban la actuación, la psicología de los personajes y una técnica vocal que hoy sigue siendo referente para nuevas generaciones.

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Cada año, el 2 de diciembre se conmemora el Día del Cantante Lírico, fecha instaurada en honor a María Callas y a la huella que su trabajo dejó en la historia musical. La efeméride recuerda no solo a la artista que llevó la ópera a un nuevo estándar interpretativo, sino también a la figura que abrió camino para generaciones de intérpretes que hoy continúan construyendo este legado escénico.