Ozzy Osbourne, el Príncipe de las Tinieblas, muere a los 76 años

Algo faltaba en el mundo de la música tras el anuncio este 22 de julio: Ozzy Osbourne ha partido. La noticia, anunciada por su familia, representa no solo la pérdida de un ícono del heavy metal, sino el cierre de un capítulo esencial para la cultura musical moderna. En un recorrido que va del auge con Black Sabbath al retorno triunfal con “Back to the Beginning”, su vida inspiró a millones y transformó la historia del rock.

Una despedida rodeada de amor

El comunicado de su familia fue breve pero poderoso: “Fue rodeado de su familia y del amor que siempre lo caracterizó”. Ozzy falleció en paz, a los 76 años, dejando no solo a su esposa Sharon y a sus hijos, sino una profunda huella en generaciones de fanáticos, músicos y amantes del rock en todo el mundo.

De Birmingham al cielo del metal

Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948 en una familia obrera de Aston, Birmingham, Ozzy vivió una infancia marcada por la pobreza y los desafíos. Fue precisamente esa oscuridad la que se convertiría en el combustible de su estilo único y su voz inconfundible.

En 1968, junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, formó Black Sabbath, banda considerada por muchos como la creadora del heavy metal. Discos como Paranoid, Master of Reality y Black Sabbath Vol. 4 fueron piedras angulares del género y marcaron una era donde el rock abrazó lo oscuro, lo prohibido y lo visceral.

Un solista indomable y el renacimiento

Tras ser expulsado de Black Sabbath en 1979 por sus excesos, su esposa y representante Sharon Osbourne lo impulsó a iniciar una carrera solista que lo consolidó aún más como leyenda. Con Blizzard of Ozz (1980), que incluye el himno “Crazy Train”, Ozzy reinventó su identidad.

A lo largo de cuatro décadas, lanzó álbumes emblemáticos, colaboró con artistas de distintas generaciones y ganó premios importantes, incluido un Grammy por su trabajo más reciente. Su influencia abarcó desde el metal hasta la cultura pop, y fue reconocido tanto como artista de culto como figura mediática.

Ícono mediático y padre de familia

En los años 2000, Ozzy Osbourne se convirtió inesperadamente en estrella de televisión. The Osbournes, reality show protagonizado por él y su familia, lo humanizó ante nuevas audiencias y mostró al mundo un lado tierno, caótico y real del llamado “Príncipe de las Tinieblas”.

Detrás del escenario, Ozzy fue esposo y padre. Su matrimonio con Sharon, aunque turbulento, se mantuvo firme hasta el final. Con sus hijos Jack, Kelly y Aimee, construyó una familia que, lejos de la perfección, mostró al mundo cómo se puede evolucionar, sanar y seguir adelante.

Salud, resiliencia y despedida

Desde 2019, Ozzy libró una dura batalla contra el Parkinson. Sus últimas apariciones en público, con voz temblorosa y movimientos limitados, contrastaban con la potencia que alguna vez tuvo en el escenario. Sin embargo, jamás perdió su esencia: seguía siendo Ozzy, el rebelde, el guerrero, el artista.

Su despedida musical tuvo lugar el 5 de julio de 2025 en Villa Park, Birmingham, donde se reencontró con los miembros originales de Black Sabbath en un último concierto titulado Back to the Beginning. Sentado en un trono negro, Ozzy ofreció una última ovación a su público, cerrando un ciclo con elegancia, emotividad y gratitud.

Un legado que trasciende generaciones

Ozzy Osbourne no fue solo un cantante; fue símbolo de ruptura, transgresión y resiliencia. Su legado vive en cada riff de guitarra distorsionada, en cada adolescente que encuentra en el metal una forma de canalizar su rebeldía, en cada historia de redención.

Desafió los límites de la música y de su propio cuerpo. Cayó muchas veces, pero se levantó otras tantas. Fue contradictorio, polémico, tierno y brutal. Un alma intensa, imposible de ignorar.

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Hoy el rock está de luto, pero también agradecido. Ozzy Osbourne vivió como quiso: con intensidad, con errores, con amor y con música. Su partida deja un vacío, pero también un eco que seguirá resonando en las bocinas, en los escenarios y en el corazón de quienes alguna vez gritaron su nombre.