Los verdaderos magnates detrás de La Era Dorada

Entre mansiones, ambición y vestidos de seda: las familias reales que inspiraron la serie The Gilded Age y marcaron el destino de Nueva York.

Entretenimiento06 de julio de 2025Marcela NazarMarcela Nazar
La era dorada
Los verdaderos magnates detrás de La Era Dorada

La serie La Era Dorada, de Julian Fellowes, nos tiene atrapados, ya que deslumbra por sus vestidos, su arquitectura y su exquisito drama social. Pero lo que pocos saben es que gran parte de sus personajes y tramas están inspirados en figuras reales que marcaron el destino de Nueva York y transformaron las reglas del poder, el dinero… y la pertenencia.

Detrás de cada gesto elegante y cada salón iluminado, hubo personas reales que desafiaron estructuras, rompieron moldes y dejaron huella. Aquí, la historia verdadera detrás de la ficción, que marcó lo que hoy conocemos como Nueva York.

Los Russell y los Vanderbilt: ambición sin permiso

George y Bertha Russell representan a los "nuevos ricos" que llegaron a sacudir los cimientos de la aristocracia neoyorquina. En la vida real, estos personajes están claramente inspirados en William K. Vanderbilt y, sobre todo, en su esposa, Alva Vanderbilt.

Los Russell

Alva fue una estratega social brillante. No solo construyó una de las mansiones más lujosas de la Quinta Avenida, también organizó el legendario baile de 1883 con más de mil invitados —una jugada maestra que obligó a Caroline Astor a aceptar la invitación y, con ello, a reconocer socialmente a los Vanderbilt.

Pero su ambición no terminó ahí: quería que su hija, Consuelo Vanderbilt, se convirtiera en parte de la realeza europea. Y lo logró. En 1895, la joven se casó con Charles Spencer-Churchill, 9.º duque de Marlborough, en una boda tan fastuosa como triste. Consuelo no amaba al duque, pero obedeció. Años después se divorció, se casó por amor y se convirtió en filántropa y autora de unas memorias que conmovieron al mundo.

Gladys Russell y el Duque de Buckingham

Esa historia "casi al pie de la letra" es la que vemos reflejada en la trama de los Russell y su hija Gladys.

La señora Astor: la verdadera reina de Nueva York

En la serie, la señora Astor es la cúspide del viejo linaje. Su versión real, Caroline Astor, fue la mujer más poderosa de la alta sociedad neoyorquina en el siglo XIX. Con la ayuda de su mano derecha, Ward McAllister, definió la lista de “Los 400”, los únicos que supuestamente cabían en su salón de baile… y en su aprobación.

Sra. Astor

Caroline no veía con buenos ojos a los recién llegados con fortuna pero sin apellido. Pero incluso ella tuvo que ceder cuando Alva Vanderbilt organizó un evento tan deslumbrante que ni la señora Astor pudo ignorar.

Caroline fue una experta en exclusividad: sabía que el poder también se construía con silencios. Y durante décadas, su palabra fue ley en la vida social de Manhattan.

Caroline Astor

Agnes van Rhijn y Ada Brook: las damas que resisten

Aunque ficticias, Agnes van Rhijn y Ada Brook están inspiradas en cientos de mujeres reales de la aristocracia neoyorquina que, entre reglas de etiqueta y una economía cambiante, defendían el apellido y el decoro como fortalezas frente a la invasión del nuevo dinero.

Agnes y Ada

Viudas, solteras, discretas y educadas, muchas de ellas sobrevivieron con dignidad a una época donde los valores tradicionales comenzaban a resquebrajarse. Son la voz interna de una clase que no gritaba, pero no cedía.

Peggy Scott: la voz negra que no se dejó silenciar

Peggy Scott, interpretada por Denée Benton, representa a las mujeres afroamericanas que empezaban a hacerse visibles a través de la escritura, el periodismo y el activismo. Si bien Peggy es un personaje ficticio, está claramente inspirada en pioneras como Ida B. Wells, periodista que denunció el linchamiento racial, y Mary Church Terrell, una de las primeras mujeres negras en obtener un título universitario y en alzar la voz por la igualdad.

Peggy es culta, firme y consciente de su identidad. Es una representación digna de todas las mujeres negras que, incluso sin poder ni privilegio, escribieron su lugar en la historia.

Peggy Scott

T. Thomas Fortune: el poder de la palabra

En La Era Dorada, el editor del periódico The Globe es el señor Fortune, jefe de Peggy Scott. En la vida real, ese personaje está basado en Timothy Thomas Fortune (1856–1928), uno de los más importantes periodistas afroamericanos del siglo XIX.

Fundador del influyente periódico The New York Age, Fortune fue también asesor de Booker T. Washington y un defensor incansable de los derechos civiles. Denunciaba la hipocresía del norte, la brutalidad del sur y el racismo estructural, todo con una pluma poderosa y una visión implacable.

En la serie, su figura representa la dignidad intelectual y el peso de la verdad escrita en una época de profundas desigualdades.

Sr. Fortune y Peggy

No todo lo dorado brilla igual

La Era Dorada no solo retrata opulencia. También muestra lucha, poder, silencios, feminismo incipiente y batallas sociales disfrazadas de cortesía. Detrás de cada baile y cada apellido, hubo decisiones reales que marcaron destinos familiares, políticos y culturales.

Muchas veces ignoradas por la historia oficial, hoy encuentran eco en la pantalla. Y también en nuestra memoria. Estas no son solo historias de la alta sociedad. Son historias humanas. Y por eso, siguen latiendo en cada episodio. Así que no te pierdas cada nuevo episodio de La Era Dorada (The Glited Age) en Max.

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